De paso por Perry Street les dejo un artículo de Emily Nussbaum: How “Sex and the City” Lost Its Good Name publicado en The New Yorker y que trata sobre el eterno tema que giró a la serie y su compleja aceptación ante la mirada ajena.
Cada uno hace su bajada a la realidad. ¿Frivolidad? ¿Moda? ¿Fiestas? ¿Sexo? ¿Amistad? o todo junto.
El resultado fue una historia coherente que mostró la evolución y re-descubrimiento del ser soltera a los 30 y tantos y que mucho dio que hablar al reflejar una nueva época, a través de la pantalla chica, del encare de ser mujer independiente, que busca el éxito profesional, se interesa por la moda, le gusta salir y a la vez va de prueba y error a encontrar el amor.
Durante estos quince años que sucedieron al lanzamiento de Sex and the City, cada serie que se estrenaba fue presentada como la nueva SATC. Exito difícil de igualar, sino pregúntenle a Gossip Girl, The Carrie Diaries y la mismísima Girls, donde en las dos primeras la moda se percibe algo forzada y en la tercera busca diferenciarse con la fashionista Carrie Bradshaw en busca de recortar una imagen de lo que es tener 20 años hoy en día. En conclusión, una buena precuela de Sex and the City pero con otra escritora, Lena Dunham.
Considero que las columnas de Candance Bushnell que se publicaban en The New York Observer y terminaron en el libro para ser lanzadas a la tv y luego al cine tienen mucho más que ver con esta mirada crítica y frívola de la vida fiestera en los primeros treinta pero que el buen equipo de escritores de SATC para HBO logró avanzar en una historia que muchas de las treintañeras tenemos presente a modo identificatorio.
El descubrimiento de Sex and the City me encontró en pleno pasaje de vida familiar a la llegada de mi estreno en casa de soltera. Hacía apenas un año y pico que la serie se había estrenado y entre mis amigas no existía una que la conociera. Mientras la miraba no podía dejar de relacionarla con lo que yo experimentaba en el camino de ir a vivir sola y hasta hoy me acompaña para refrescar historias o buscar complicidades y guiños en esto que pasa mientras Sex and the City sigue siendo punto de referencia.
Chequeen la nota de Emily Nussbaum, me gusta su visión y que siga el debate en torno a Sex and the city como serie qemblema del nuevo rol de la mujer independiente.
Mente abierta y ojos despiertos para saber leer las entrelíneas de una historia.
imagen Ariel Friedman via New Yorker